Independientemente del grado de discapacidad -incluso de si no se es oficialmente una persona discapacitada… pero se tienen problemas de movilidad– está comprobado que un 20% de las personas adultas tienen dificultades, motrices, para realizar, cada día, su aseo personal… Y no digamos ya las familias que tienen, entre sus miembros, a un niño/a con una discapacidad grave. Visto y sabido todo esto…¿por qué no ocuparnos de darle un poco más de accesibilidad a una habitación de la casa que utilizamos un promedio…¡de hasta ocho veces al día!? En todo caso, ni te desesperes ni pienses que te va a costar mucho dinero. Se pueden hacer muchas cosas, a poca habilidad como manitas que tengas, sin necesidad de llamar a un especialista.
- ¿Quién va a utilizar el baño?
Hacerse esta pregunta es esencial para dar forma a un cuarto de baño. Puesto que, atendiendo a las necesidades de los usuarios de ese cuarto de baño, tendrán que tomarse unas u otras medidas. Por ejemplo, si lo van a utilizar tanto personas discapacitadas y no discapacitadas, es posible que, en el caso del inodoro, se necesite instalar una solución higiénica extraíble.
- Entrar en el cuarto de baño
Es uno de los principales problemas con las que se puede encontrar la persona discapacitada (sobre todo, si va en silla de ruedas): entrar físicamente a la habitación. En este caso, el acceso tiene que estar a nivel, para poder entrar en el baño con silla de ruedas. Si no lo está, será fácil encontrar alguna solución que habilite una pequeña y suave rampa. O, a veces, la solución es simple: quitar el obstáculo. ¿Y qué pasa con la puerta? ¿Es lo suficientemente amplia para permitir el acceso de una silla de ruedas? Si no lo fuera, quizás deberíamos plantearnos sustituir la puerta de bisagras por una corredera.
- El piso del baño
Hay que conseguir agarre y movilidad. Lo mejor, más práctico e higiénico, serían las baldosas de acabado rugoso.
- El inodoro
A veces sólo se necesita poner un brazo de apoyo. Sin embargo, si esto no fuera suficiente (y hubiera la posibilidad de mover fontanería y tubería) podríamos acercar el lavabo al inodoro para que el primero pudiera servir de apoyo. En el caso de los niños, instalar ayudas será especialmente importante para ayudar al pequeño a desarrollar su autocuidado. El niño tiene que ser capaz -siempre que sea posible- de subir y bajar del inodoro de forma fácil y, sobretodo, autónoma.
- Ducharse
Si la persona no puede transferirse por sí misma a la silla de ducha, existe la posibilidad de que el traslado sea desde el asiento del inodoro. En este caso, inodoro y asiento deberían tener una separación higiénica.
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