Viajar en silla de ruedas puede ser una experiencia complicada, sobre todo, si no se ha hecho un estudio previo sobre el destino… incluyendo posibles contratiempos que se puedan encontrar en él. Por ejemplo, no todos los alojamientos (ni mucho menos) son accesibles en silla de ruedas, lo que puede representar un inconveniente si se viaja solo. Mejor informarse antes de salir… y lo mismo vale para servicios de transporte aéreo, cruceros y medios de transporte varios. En todos estos casos, y además de preguntar por la existencia de rampas o ascensores que permitan la accesibilidad, no estaría de más informarse sobre posibles restricciones en el transporte de equipos medicinales. Tener esta información, antes de salir de casa, ahorrará -además de quebraderos de cabeza– tiempo y dinero.
Revisión y reparación
Tampoco estaría de más, sobre todo si se es usuario de una silla de ruedas eléctrica, hacer dos cosas: revisar el estado de la silla, antes de salir de casa, e informarse sobre la existencia de servicios técnicos en el punto de destino. Además, sería conveniente poner nombre y dirección en cada una de las piezas desmontables de la silla… y hacerse con un kit de reparación de viaje, el cual debería contener -como mínimo- todos los materiales y herramientas necesarios para cambiar un neumático (estos kits se pueden encontrar en, casi, cualquier comercio de bicicletas)
Un crucero
Dependiendo del tamaño del buque -y de la profundidad de las aguas del puerto- no es extraño que exista algún tipo de transporte -tipo, ferry- que lleve a los pasajeros desde el muelle al lugar (quizás, aguas fuera del puerto) en el que está anclado el barco en el que se va a hacer el crucero. ¿El problema? Que estos servicios de transporte no siempre son accesibles y/o están equipados con rampas o elevadores que permitan el acceso de la persona en silla de ruedas. De nuevo, mejor informarse antes que luego tener un problema.
En avión
Puede que se tienda a pensar que todas las compañías aéreas tienen resuelto el tema del acceso a sus aviones de sus viajeros discapacitados… pero esto no siempre es así. De hecho, no es raro encontrar, en los medios de comunicación, noticias relativas a personas con sillas de ruedas que han tenido problemas para acceder a un avión. Por esta razón, sería bueno confirmar, con antelación, que todo está bien (lo suyo sería hacerlo antes de comprar el billete y 48/24 horas antes de partir).
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